El amor propio no es un concepto, es una decisión diaria.
Nadie te enseña a amarte… hasta que lo haces tú.
Estás cansada de darlo todo y sentir que nunca es suficiente.
Ya no más culpa, no más miedo a decepcionar, no más vivir en automático.
Vas a empezar a escucharte, a poner tus límites, a decidir por ti.
Y por primera vez en mucho tiempo, sentirás que tu vida es tuya.
Hola, soy Libertad.
Durante nueve años viví atrapada en una relación que me enseñó que amar dolía.
Crecí pensando que si complacía, me querían; que si no molestaba, no se irían.
Y así fui desconectándome de mí misma, aprendiendo a callar lo que sentía y a ignorar mis propias necesidades para no molestar, para no perder el amor de los demás.
Seguramente te suene…
Esa sensación de darlo todo, sentirte invisible, cuidar a todos menos a ti, de vivir en automático, con miedo y culpa por cada decisión.
Esa era mi vida.
Hasta que decidí que no podía seguir así.
Empecé a formarme, a conocerme, a entender cómo funcionaba mi mente, mis emociones y mi cuerpo.
Descubrí que el autoconocimiento y el amor propio son flotadores que me salvaron de hundirme.
Empezar a amarme fue el primer paso para recuperar mi vida.
Dejé de vivir desde el miedo y la complacencia.
Empecé a poner límites sin sentir culpa.
Reconecté con lo que quiero, con mis deseos y con mi fuerza.
Recuperé mi energía, mi claridad y mi poder de decisión.
Hoy acompaño a mujeres que sienten lo mismo que yo sentí, que quieren dejar de sobrevivir y empezar a vivir desde sí mismas.
Mi historia puede ser la tuya: un espejo que te muestra que es posible cambiar, crecer y abrirte a tu propia libertad.
¿Te suena esta sensación?
Vives en automático.
Te levantas, preparas todo, cuidas de todos, cumples con lo que esperan de ti… y al final del día sientes un vacío que no sabes definir.
Otro día más, sin haber tenido tiempo de sentarte, de comer tranquila, de escucharte de verdad.
Tus emociones quedan en pausa, tus deseos se diluyen entre obligaciones, y cada decisión importante está condicionada por miedo o culpa.
Es agotador. Y no tienes por qué seguir así.
Yo también pasé por eso: conocí el cansancio de vivir para los demás y la sensación de no sentirme presente en mi propia vida.
Pero aprendí a reconocer mis emociones, a poner límites y a volver a elegir mi vida.
Y esa es la diferencia: cuando empiezas a escucharte y amarte, todo empieza a encajar.
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Mujeres que liberaron su poder
Gracias
Maria Eugenia
Libertad me enseñó a priorizarme y dejar de autoexigirme. Hoy, por primera vez en años, disfruto de mi maternidad sin sentirme desbordada y cuidando de mi.
Susana
Hice el programa a principios de año y fue lo mejor que he hecho, mi relacion con mi marido e hijos ha mejorado, ya no me encargo de todo, ahora somos un equipo y yo puedo dedicar tiempo a lo que me hace feliz.
Isabel
Me he liberado realmente de lo que nos venden que es la maternidad, ahora soy la madre que decido ser, me ocupo de mis necesidades y ahora me respetan en casa porque aprendí a respetarme yo, gracias Libertad!!
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